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viernes, 18 de septiembre de 2009

Edición No. 11 del día 20 de septiembre de 2009.

CONTENIDO:
1. Editorial: Emociones y Emocionalismo, por el pastor de la PIER Ohat Arias Torres.
2. Avanzando hacia la madurez.
3. Frases Célebres.
4. Fundamentos: Nuestra confesión de fe: Dios (Parte 1)
5. Caer de la gracia NO es perder la salvación.
6. ¿Qué es el Catolicismo Romano?
7. El Famoso Yo.
8. Escuchado por ahí.
9. El Rincón de los niños: La Televisión es mala.
10. El Creyente y la Venganza.


1. EDITORIAL: POR EL PASTOR DE LA PIER OHAT ARIAS TORRES:
EMOCIONES Y EMOCIONALISMO
Por el hecho de haber sido creados a la imagen de Dios, no sólo somos criaturas que piensan y actúan, sino también criaturas que sienten una variedad de sentimientos y emociones, que juegan un papel importante en la toma de decisiones y en las cosas que hacemos, pero así como el pecado dañó nuestro entendimiento, también dañó nuestras emociones, por eso el pecador se siente atraído hacia lo que lo daña, y al mismo tiempo repele y rechaza lo que es para su bien.
El Espíritu Santo cuando obra en nosotros la regeneración, abre nuestro entendimiento para que podamos comprender la verdad y así tener una perspectiva correcta de las cosas, pero esa obra no se limita a la facultad de la mente. Somos personas completas que a la vez que entendemos, sentimos.
El gozo genuino no se produce a través de un proceso de manipulación emocional, sino a través del entendimiento de la verdad que nos lleva a relacionarnos con Dios y los demás. Nuestras emociones se intensifican cuando son compartidas con otros que creen lo mismo que nosotros creemos y disfrutan lo mismo que nosotros disfrutamos, y precisamente porque tienden a intensificarse cuando estamos en compañía de otros, es en ese contexto en el que podemos ser más fácilmente extraviados, y llevados de un sano despertar de nuestras emociones al emocionalismo.
El emocionalismo es un estado emocional producido artificialmente a través de la manipulación de ciertos elementos de tal manera que nuestras emociones toman el control. En el emocionalismo el entendimiento es colocado en un segundo plano o anulado por completo, y eso es altamente peligroso, porque cuando las emociones toman el control de nuestra personalidad, dejamos de ser objetivos y podemos ser fácilmente extraviados y engañados.
El emocionalismo posee un alto potencial de auto engaño. Puede guiar a una persona a una profesión [de fe] falsa, o engañosa y anestesiarlo de tal modo que se sienta satisfecho con su condición, y venga a ser inmune a la real demanda del evangelio.
El emocionalismo es altamente adictivo. Actúa como una droga que embota los sentidos aún cuando parece estimularlos, de modo que el adicto necesitará dosis más frecuentes y más fuertes”. El emocionalismo se opone a la verdadera adoración tanto como la lujuria se opone al amor; pero la sensación que produce es tan real para el que la experimenta que termina confundido.
Alguien dijo: “La adoración no es energizada por métodos artificiales. Si sientes que debes tener rituales... o cierto tipo de música que disponga el ánimo para adorar, lo que estás haciendo no es adoración. La música y la liturgia pueden ayudar a un corazón adorador a expresarse, pero éstas no pueden cambiar un corazón no adorador en uno que sí adore. El peligro está en que ellas pueden darle a un corazón no adorador la impresión de haber adorado”
El deseo genuino de adorar, sin la debida instrucción deja a los cristianos a expensas de ser manipulados por la habilidad de un director de canto o un predicador. El sano despertar de las emociones es producido por la verdad de Dios aplicada por el Espíritu Santo al espíritu humano, la mente, la conciencia y la voluntad. En la verdadera adoración el intelecto va delante y las emociones detrás, no puede ser al revés. Sin verdad no hay adoración verdadera a Dios y la verdad sólo se entiende con la cabeza.

2. AVANZANDO HACIA LA MADUREZ (Parte 1)

Teniendo en cuenta que uno de los propósitos para este año es avanzar en la madurez, VOZ CRISTIANA quiere ayudarle a medir su proceso de perfeccionamiento espiritual, para lo cual entregaremos algunos indicadores de Madurez Espiritual. Tomar decisiones es indispensable para efectuar cambios que nos llevan a la madurez. La Escritura dice: “Cuando yo era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, juzgaba como niño; mas cuando ya fui hombre, dejé lo que era de niño” de allí que madurez implica:

a. La manera de hablar o sea por la forma como nos comunicamos con Dios y con otros creyentes.
b. La manera de pensar, es decir, la mentalidad expresada en cada momento frente a cada circunstancia cotidiana.
c. La manera de juzgar, es decir, el discernimiento frente a lo que enfrentamos.

3. FRASES CÉLEBRES.

“... Cada hombre es propietario de su propia persona, sobre la cual nadie, excepto él mismo, tiene ningún derecho. Podemos añadir a lo anterior que el trabajo de su cuerpo y labor de sus manos son también suyos”
Jhon Locke, Dos ensayos sobre el Gobierno Civil. 1991. Pág. 223)
“¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo”
Pablo, a los Corintios en su Primera Carta.

4. NUESTRAS RAÍCES:
FUNDAMENTOS: NUESTRA CONFESIÓN DE FE: DIOS (Parte 1)

En la PIER creemos que: Sólo hay un Dios vivo y verdadero, infinito, perfecto, puro, invisible, sin cuerpo, inmutable en cuanto a su inconmensurable carácter, eterno, incomprensible, todopoderoso, sabio, santo, libre, absoluto, quien hace todas las cosas de acuerdo con el consejo de su propia, inmutable y justísima voluntad y para su propia gloria y sólo para su gloria; amoroso, dadivoso, compasivo, paciente, bondadoso y verdad, perdonador de la iniquidad, la transgresión y el pecado, no obstante sumamente justo y terrible en sus juicios, quien odia todo pecado y quien de ninguna manera dará por inocente al culpable.

Dios tiene vida, gloria, bondad, bienaventuranza en sí y por sí, es todo suficiente y no necesita de ninguna de sus criaturas hechas por él. No deriva ninguna gloria de ellas, Él es la única fuente de toda vida, de quien, por quien y para quien son todas las cosas y ejerce el más absoluto dominio soberano sobre ellas para hacer por medio de ellas, por ellas y sobre ellas, todo lo que a bien tuviere hacer. Su conocimiento es infinito, no se equivoca jamás, es un ser independiente de toda criatura, de manera que para Dios no hay algo dudoso ni imprevisto. Dios es sumamente santo en todas sus deliberaciones, en todas sus obras y en todos sus mandamientos.

En la unidad de Dios hay tres Personas de la misma sustancia, el mismo poder y la misma eternidad: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. El Padre no es de nadie ni es engendrado ni procede de nadie. El Hijo es engendrado del Padre, el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.

Dios ordenó desde la eternidad todo lo que sucede, por su propia iniciativa libremente sin cambio alguno, por medio del más sabio y santísimo consejo de su propia voluntad. Pero lo hizo de tal manera que, ni es el autor del pecado ni hace violencia a la voluntad de las criaturas, ni hace a un lado la libertad o incertidumbre de causas secundarias, sino más bien las establece, pues es absolutamente soberano y conocedor de todas y cada unas de las cosas que suceden y las que devienen de estas. Dios conoce todo lo que pudiese suceder en todas las circunstancias posibles. Pero, con todo ello Dios no ha decretado ninguna cosa porque lo haya anticipado como algo que sucedería en el futuro y en dichas condiciones.

En la PIER percibimos a Dios en tres aspectos: Como Dios, Creador y Padre. Como Dios es único y no tiene rival. Precisamente del hecho de que está solo en su inconmensurable deidad es que la gloria y la honra le pertenecen sólo a Él. No existe más Dios que Dios y es por esto que es Dios. Dios existe por sí mismo y desde siempre. Sólo Él es Dios.

5. CAER DE LA GRACIA NO ES PERDER LA SALVACIÓN.

Gálatas: 5.4 dice: “De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído” ¿Indica este texto que la salvación puede llegar a perderse? Antes de intentar hacer exégesis en este texto quiero recordarles que para interpretar correctamente es necesario mirar el contexto de un pasaje para analizar a la luz de todo el contexto lo que una frase o palabra quiere decir; se tiene que tener en cuenta la manera cómo es usada una palabra por un escritor pues no siempre una palabra significa lo mismo para uno que para otro escritor dado y es necesario definir el tema del cual se viene hablando para no mezclar conceptos de varios temas ya que esto se presta para confusión.

El contexto viene hablando de la justificación por medio de la fe en Cristo. El contexto intenta recordarles a los Gálatas que por medio de la fe en Cristo son justificados SIN las obras de la Ley. Hay dos formas de justificarse: por las obras, es decir guardando la Ley, esto es legalismo, se justifica el hombre para consigo mismo pero no para con Dios; la otra forma es por medio de la fe en Jesucristo. Aquí la fe permite al creyente ser justificado sin obras, pues las obras de Cristo le son imputadas al que cree en Jesucristo.

Aunque entendemos que la justificación es parte de la salvación, el contexto no viene hablando de salvación propiamente dicha, entonces lo que pasa es que cuando un creyente puede confiar en Cristo para su justificación y luego desgraciadamente cae en el legalismo, cae en la prisión de las obras. Ya los resultados de la justificación por la fe no le aprovechan, es decir, la paz que proviene de la justificación se pierde y se queda preso nuevamente de la sangre, el sudor y las lágrimas propias del que quiere justificarse por sus obras. Se cae de la gracia cuando no se disfruta de la paz de Dios, es decir se desprende de Dios y llega a caer en el legalismo. Se cae de la gracia (es decir la paz de y con Dios) para caer en las obras (Esfuerzo humano, intranquilidad, acusación, hipocresía, Etc.)

6. ¿QUÉ ES EL CATOLICISMO ROMANO?

Es necesario hacer diferencia entre Catolicismo y Catolicismo Romano. Catolicismo es universalismo y es un título que se pretende asociar al evangelio difundido en todo el mundo por los apóstoles y profetas de la primera generación de creyentes del siglo I. Muchos protestantes históricos, los ortodoxos y los viejos católicos se consideran a sí mismos como una continuación de la Iglesia Católica Antigua, y hacen una distinción entre esta y el catolicismo romano.

Los Católicos Romanos se consideran a sí mismos una continuación de la Iglesia Católica Antigua o simplemente de la Iglesia Antigua y son Católicos Romanos porque han aceptando la jurisdicción romana o papal. También se le conoce como «Catolicismo», «Iglesia Católica», «Iglesia Católica Romana» o «Iglesia de Roma». Estas son algunas particularidades:

1. Enseñan que Jesucristo fundó el Catolicismo y que el apóstol Pedro fue su primer papa (título que se le da a la cabeza visible de la iglesia).
2. Fue iniciado con Constantino en el siglo IV cuando convirtió el cristianismo en la religión oficial del imperio.
3. Los Católicos Romanos enseñan que hay siete sacramentos: bautismo, confirmación, eucaristía, penitencia, extremaunción, órdenes sagradas y matrimonio.
4. Predican la idolatría a la Virgen María y de los santos. Cada país ha hecho sincretismo religioso adoptando las deidades ancestrales o culturales poniéndole a la Virgen Madre de nuestro Señor nombres regionales como “la Vieja Meyo”, Guadalupe; Del Carmen, Etc.
5. Enseñan que existe algo llamado el purgatorio, proponen el celibato sacerdotal, la existencia de órdenes monásticas de hombres y mujeres, el carácter sacerdotal del ministerio de la iglesia.
6. Enseñan que la misa es un sacrificio, o sea que parte de la salvación de los católicos es asistir a misa.
7. La iglesia es la que salva y está organizada en forma jerárquica con el papa a la cabeza y las diócesis gobernadas por obispos (algunos de ellos se les denominan arzobispos).
8. El papa es elegido en un Cónclave o colegio de prelados llamados cardenales. Al Papa se le considera infalible desde 1870. La Ciudad Estado del Vaticano (situada en una de las colinas de Roma) es considerada como la Santa Sede por los católicos y mantiene relaciones diplomáticas con la mayoría de las naciones.
9. El creyente católico pierde su nacionalidad y coloca como primera nacionalidad la romana, de tal manera que si hay guerra entre su país natal y Roma debe defender su primera nacionalidad, por eso se llaman Católicos, apostólicos Y ROMANOS.
10. El catolicismo está extendido por casi todo el mundo y prevalece en la mayor parte de Europa y en Iberoamérica. Actualmente ha perdido fuerza en Europa.
11. Hay una Iglesia Católica Evangélica, que es una secta teosófica. No debe confundirse con el catolicismo romano ni con el movimiento evangélico. Su fundación se llevó a cabo en Francia, en el siglo XIX, e influyó en el movimiento espiritista. Entre sus creencias se encontraba la unicidad de Dios, la salvación de todos los hombres y la reencarnación.
12. El anterior obispo de Roma, Juan Pablo II pidió perdón al mundo por los crímenes cometidos en nombre de Dios y del Papado. Un papa infalible que ordena la inquisición y matar judíos en la IIGM, y otro papa igual de infalible al anterior que pide perdón por sus “santas exageraciones”
13. Hay un despertar católico con la adopción de las ideas carismáticas experimentando lo mismo que los evangélicos carismáticos, en donde en nombre de la Virgen María se producen sanaciones, el fenómeno de las lenguas y la expulsión de demonios.
14. Promueven el Concilio Mundial de Iglesias donde pueden converger todas las ideas religiosas del mundo, bajo una propuesta similar a la promovida por la Nueva Era y protestantes ecuménicos, que sacrifican la verdad por la búsqueda de un algo que ellos llaman amor, o sea otra manera de presentar el principio manipulador: “Amor y Paz”, promulgado por los hippies de ayer y hoy por adeptos de la Nueva Era

7. EL FAMOSO YO.
Por Margarita Serrano Vda. De Márquez

Hermanos pongámonos pilas contra nuestro YO, que quiere engañarnos haciéndonos creer que somos más que capaces para hacer cosas muy buenas.

Mira lo engañosa que es nuestra mente: yo creía que lo mucho y bueno que yo hacía era porque yo me esforzaba por agradar a Dios y porque estaba agradecida con Él por haberme elegido para salvación entre tantos buenos y malos que hay en esta tierra, pero resulta que las cosas son al revés, todas esas cosas buenas que los creyentes a veces hacemos, es porque Dios en su misericordia pone en nosotros el querer como el hacer, y porque nos ha amado desde el principio. No nos engañemos, el único bueno es Dios, nosotros sin Dios somos basura, incapaces de hacer algo bueno; por el contrario, deberíamos estar agradecidos con Dios por la claridad con las que están siendo expuestas las enseñanzas a la iglesia, porque por medio de ellas estamos conociendo quién es Dios para nosotros, cuánto nos ha amado y cuánto nos ama, a pesar de nosotros, como dice el pastor Ohat en sus enseñanzas.

¡Realmente Dios es bueno! Con amor eterno nos ha amado. Jer. 31.3. Hermanos sigamos orando por los pastores para que Dios los siga usando para la gloria de su gracia. Amén.

8. ESCUCHADO POR AHÍ.

“El Nuevo Nacimiento nos cambia nuestra perspectiva frente a Dios, pues un encuentro con Dios es un desencuentro con el mundo”
Moisés Ibarra, discipulado jóvenes del Siete de Agosto.

“Si el Señor le dio la salvación, ámele y sírvale con amor”
Escrita por la hermana Margarita Serrano Vda. De Márquez.

9. EL RINCÓN DE LOS NIÑOS: LA TELEVISIÓN ES MALA.

Tenemos el permiso de Dios para usar las cosas del mundo pero sin poner el corazón en ellas, el disfrute del mundo y el apego a las cosas de esta vida es una realidad para aquellos que le pertenecen al Diablo, quien es el dios de ellos. Los creyentes somos de Dios y por esto nuestro interés y disfrute está en aquello que tiene que ver con el cielo, es decir todo lo que tiene que ver con el bien, los otros creyentes y con agradar a nuestro creador, eso es lo que nos mueve a nosotros.

Todo lo que está en el mundo es organizado y diseñado para agradar al Diablo, porque ese es su dios. Nosotros debemos tener cuidado de no estar apegados a las cosas que no glorifican a nuestro Dios. Que bueno fuera, por ejemplo, que en la televisión y la internet todo fuera bueno, que se buscara ayudar a nuestros papás a ser mejores esposos y mejores padres, a los hijos a ser obedientes y amorosos, respetuosos con los demás, pero lo que uno encuentra es lo contrario: irrespeto a los padres, hasta en las caricaturas o muñequitos, niños malos que son los héroes de los programas, niñas que desde pequeñas les enseñan a mostrar sus cuerpos a los demás, niños involucrados con sexo y drogas, pandillas, música rock que promueve el satanismo y apego a los demonios. Etc.

La televisión y la internet pueden ser usados para la gloria y honra de nuestro Dios, pero desgraciadamente estos medios normalmente están en manos de seguidores del Diablo no de Dios, por lo que todo lo que proviene de ellos es para honra y gloria del Diablo y su final ya está determinado por nuestro Dios Rey Soberano, es decir están condenados a una vida separada de Dios lo cual se denomina infierno.

Si tus padres no te dejan ver un programa hazles casos porque ellos saben que te dañará, tus padres tienen la responsabilidad de cuidarte y por eso a veces hacen cosas que no te entiendes mucho o que te desagradan.

En la próxima edición te mostraremos algunos daños que ocurren por causa de la Televisión y la internet, para que te prevengas y no caigas en el mal.

10. EL CREYENTE Y LA VENGANZA.

Venganza es: “Satisfacción que se toma del agravio o daño recibidos” en la Escritura esta palabra nos vincula con la idea de: “sacar a la luz algo recto” es decir, la venganza es el mecanismo que se utiliza para equilibrar el desbalance causado cuando alguien o algo que ha torcido los hechos en nuestra contra dejándonos dolor o daño. El término venganza está íntimamente relacionado con justicia, por eso cuando se busca el restablecimiento de la justicia en sí misma es mejor llamar a la venganza, vindicación, pues en la vindicación la intencionalidad es detener la injusticia y restablecer el equilibrio sin pretender retaliación o pagos por resarcimiento de daños dejados por el acto injusto. La vindicación es la búsqueda amistosa del equilibrio sin pretensiones de desquitarse o “dar una lección” al ofensor, pero en la venganza se ejerce una mayor fuerza o se infiere un mayor daño al recibido. En la vindicación hay gracia, tolerancia, amor, longanimidad, Etc. Sin que haya detrimento de la justicia en sí misma, es decir, la vindicación es justicia sin desquite y trata al injusto como alguien necesitado de comprensión y gracia como nosotros.

La venganza restablece la justicia desde la óptica del ofendido, pero cobrándole al ofensor una multa por su acción, es decir la venganza incluye el supuesto derecho de exigir pagos por daños causados, de donde el vengador no sólo busca establecer un equilibrio de lo recto o justo, sino que aplica un mayor costo. La venganza restablece la justicia sin detenerse a ponderar la relación de daños y cobros, pues siempre la balanza queda a favor del cobrador o vengador y en detrimento del injusto que ofendió en primera instancia. La venganza convierte la víctima en victimario y el agredido en agresor.

Miremos como aborda este tema la Escritura en Romanos 12:17-21: “No paguéis a nadie mal por mal... No os venguéis vosotros mismos” Consideremos que somos esclavos de Cristo por lo que cualquier cobro que creamos tener derecho a exigir, le corresponde a nuestro dueño hacerlo por nosotros. Por otro lado, miremos cómo lo hizo nuestro Señor. 1 Pedro 2:23: “quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente” En términos generales cuando estemos afectados por un acto injusto tenemos tres opciones: vengarnos al estilo del mundo; buscar la vindicación en dependencia del Espíritu y para la gloria de Dios, o Encomendar nuestra causa al que juzga rectamente. De las dos últimas opciones resulta madurez para nosotros y gloria a Dios; de la primera niñez espiritual y pecado que dañará a otros y a nosotros.

Esperamos que esta publicación sea de Bendición para usted y para la gloria de nuestro Dios. Dentro de quince días estaremos publicando la Edición No. 11.

Bendecidos.

sábado, 5 de septiembre de 2009

¡Órenme!

Debido al énfasis que el Sistema Religioso ha dado al amor de Dios, tanto creyentes como incrédulos presuponen que Dios debe actuar siempre a su favor, así dicha actuación esté contra su justicia y/o santidad. Cuando los incrédulos tienen algún problema que no pueden resolver por sí mismos, ven en la iglesia la posibilidad de resolverlos al menor costo; se usa la iglesia o a los creyentes como el 911 de los norteamericanos, de donde, cualquiera que tenga una emergencia es sólo levantar el auricular, marcar ¡Y listo! ¡Todo un equipo de rescate a su favor!

Los incrédulos vienen a un culto y solicitan ayuda al estilo de los bomberos; la manera cómo lo solicitan no deja de causar risa: ¡vengo a que me oren! De la misma manera como van a que le lean la mano, consultan el horóscopo o al brujo/hechicero cercano, sólo que con los cristianos es más barato (¡Sólo en algunas pocas iglesias como la PIER!).

¡Vengo a que me oren! Y nosotros ingenuos que nos refugiamos en el sueño de que ¡De pronto de esta manera se puedan convertir! Como si Dios necesitara de este tipo de muletas, no somos capaces de confrontarlos con su terrible condición pecaminosa, nos vamos por las ramas creyendo de pronto que si no admitimos este manoseo a Dios, Dios terminará tomando represalias contra nosotros, tenemos temor de no dejar una buena impresión. ¿No es mero manoseo mundano tratar a Dios como un bombero? ¿Se ha revelado Dios como el “resuelveproblemas” de la humanidad? ¿La enfermedad, el dolor, la angustia y el fracaso no es acaso el juicio de Dios sobre el pecador que se merece toda su ira?

Cierto es que su misericordia triunfa sobre su juicio, (¡Algunas veces, pues otras, su juicio seguirá su desarrollo normal y no por esto Dios dejará de ser menos amor o menos misericordioso!) y que apoyados en su gracia nos acercamos a Él “confiadamente para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro” pero ¿Y si no quiere? ¿y si su plan es seguir adelante con el normal curso de los acontecimientos, por ejemplo que un cáncer terminal sea terminal?

Podemos ir y orar POR ellos, nunca orarlos A ELLOS, como si fuéramos ayudantes de brujo. Debemos ir como hijos de Dios, destacando el derecho divino de hacer su voluntad y que lo único que podemos y debemos hacer es bajar la cabeza humildemente y darle gloria. Es completamente necesario confrontar al pecador con “su mayor problema” que es el pecado que lo está matando y matando, no sólo físicamente sino espiritualmente lo cual es terriblemente desastroso.

Es imperioso que mostremos que si no se arrepiente pidiendo perdón por sus pecados invocando el glorioso nombre del Jesucristo como Salvador, Dios y Rey de su existencia, su problema, cualquiera que fuere, es un “problema menor”. Nosotros por nuestra parte, tengamos cuidado de no desinformar a nuestro amado padre presentándolo como un apaga fuegos, pues Él merece nuestro respeto y el de todo el mundo.

Por otro lado, debemos pensar seriamente ¿Qué de nosotros cuando hacemos de Dios un Dios apaga fuegos como hacen de Él los incrédulos?
Protejamos al menor

En la familia siempre hay uno que es menor. Se es menor cuando se tiene menos edad que el resto, pero también se es menor cuando no se tienen las capacidades mínimas que el resto tiene, por ejemplo si no puede moverse con la misma habilidad que los demás es un limitado físico; si no puede pensar como los demás es limitado mentalmente; si no puede amar lo mismo que los demás es un limitado emocionalmente, y así cada vez que alguien en la familia tiene una limitación, de alguna naturaleza es un limitado.

Ahora bien, no debemos decir que un limitado en algo sea menos importante o que valga menos, por eso la palabra minusválido no es del todo correcta, porque le resta valor a la persona que no puede hacer lo que los demás hacen. Por otro lado es cierto que todos somos limitados en algo, así no sea de manera tal que se nos marque o se nos vea mucho.

¿Qué debemos hacer entonces con los que son limitados en algo? El sistema mundano descalifica y trata al limitado como si fuera responsable de no poder hacer algo como los demás, se le deja de lado y en Riohacha hasta se burlan de ellos, esto es horrible, porque además que el limitado sufre por su condición, los demás hacen más dolorosa su existencia al añadirle las burlas. En la Escritura se nos manda a sostener a los débiles; a ser pacientes con los demás; a levantar a los caídos; a considerar a los demás como superiores a nosotros; a no hacer acepción entre los mejor dotados y los menos dotados; Etc. En síntesis, lo que debemos hacer con los que son menores en algo, es darles algo de nosotros que supla lo que les falta; de esta manera en nuestros hogares debemos proteger a los menores; los menores deben ser tratados con el mismo amor con que tratamos a los mayores. Nunca deben ser dejados de lado por no poder hacer las cosas con la misma habilidad que nosotros; el trato considerado con los menores muestra la verdadera madurez, o sea que somos mayores, pues los mayores según la Escritura tienen la obligación de servir a los menores, no al revés; en el sistema mundano los mayores se sirven de los menores, cada vez que en lugar de servir, nos servimos de los demás, estamos actuando conforme al mundo, y “el mundo pasa pero el que hacer la voluntad de Dios permanece”

Protejamos a los menores porque esto es ser grande; protejamos a los menores porque ellos no tienen culpa de serlo; protejamos a los menores porque nosotros, frente a los demás, somos menores en algo también; protejamos a los menores porque el mayor sirve al menor, no al revés.

Nuestra confesión de fe: La Sagrada Escritura

Tomamos la Confesión de Westminster, que es la confesión de fe de la iglesia Presbiteriana y gran parte de la de los Bautistas, extrajimos algunos apartes que nos representan fielmente y los colocamos como referencia para de esta manera hacer un resumen de lo que creemos sobre la Escritura:

En la PIER creemos que la Biblia es la Revelación Escrita de Dios; inerrante en sus escritos originales; única fuente de autoridad en asuntos de doctrina y vida práctica; que sólo puede ser explicada por ella misma, que debe interpretarse como literatura respetando la estructura de los idiomas originales y el análisis de los aspectos culturales e históricos contenidos en ella, mediante el estudio hermenéutico de los documentos arqueológicos. Creemos que aunque la luz de la naturaleza, las obras de la creación y de providencia dejan sin excusa al ser humano pues le dan a conocer hasta cierto punto, la bondad, la sabiduría y el poder de Dios; sin embargo, estas no bastan para impartir ese conocimiento sobre Dios y su voluntad que se necesita para la salvación. Por eso Dios tuvo a bien darse a conocer a su Iglesia en distintas ocasiones y de diversas maneras, y comunicarle cual es su voluntad. Luego agradó a Dios dejar constancia escrita de ello para conservar y propagar mejor la verdad, así como para consolar y establecer con mayor seguridad su Iglesia contra la carne, Satanás y el mundo, así que la Escritura es una necesidad suprema pues Dios ya no comunica hoy su voluntad a su pueblo como lo hizo antes del Canon.

Consideramos que los libros comúnmente llamados apócrifos, no forman parte del Canon o Escritura por no ser de inspiración divina y al leerlos le damos un valor histórico importante que aporta referencias como cualquier otro texto no santo.

La autoridad de la Sagrada Escritura no depende de persona o de iglesia alguna sino sólo de su Autor. La Sagrada Escritura demuestra abundantemente por sí misma ser la Palabra de Dios: el carácter celestial de su contenido, la eficacia de su doctrina, su estilo majestuoso, la armonía de sus partes, el fin que se propone alcanzar de conjunto (el de dar toda la gloria a Dios), el descubrimiento completo del único camino para la salvación del ser humano, sus muchas otras excelencias incomparables y su perfección completa.

Todo el consejo de Dios tocante a lo necesario para su propia gloria y para la salvación, la fe y la vida del ser humano, consta expresamente en la Escritura, o de ella puede deducirse por buena y necesaria consecuencia. Jamás deberán añadírsele nuevas revelaciones (supuestamente) del Espíritu, tradiciones humanas o experiencias de creyentes por piadosos que estos sean. Ambos testamentos son auténticos porque fueron inspirados por Dios mismo y porque conservaron su pureza a través de las edades por el cuidado y la providencia especial de Dios. Por lo tanto, en toda controversia religiosa, la Iglesia debe finalmente recurrir a los originales.

La regla infalible para interpretar la Biblia es la Biblia misma. Por tanto, cuando se discuta cuál es el significado verdadero y completo de cualquier pasaje de la Escritura (cuyo significado no es múltiple sino único), puede buscarse y conocerse en otros pasajes en donde se exprese más claramente. El Espíritu Santo, hablando en la Escritura, y en cuya sentencia debemos descansar, es el Juez Supremo por el cual debemos examinar y decidir todas las controversias, las opiniones de los escritores o teólogos, así como todo pensamiento y doctrina humanos.

Creemos que la Escritura es la infalible palabra de Dios, autoritativa, completa y consistente con el Dios que se revela por medio de ella.
La letra mata

La Escritura dice en 2 Corintios 3.6: “porque la letra mata, mas el espíritu vivifica” Este es un texto interpretado mal por algunos predicadores que al no leer el contexto, dicen que la palabra letra se refiere al conocimiento de la Biblia, es decir, como si conocer la Biblia fuera algo malo o inconveniente, nada más alejado de la verdad, pues la evidencia bíblica acerca de la necesidad de conocer la Escritura es abrumadoramente grande en toda la Escritura, al punto de que no estudiarla es pecado.

Este texto se refiere a la ley como letra. Lo que quiere decir es que el ministerio o enseñanza de la Ley era un ministerio de condenación, porque la ley mostraba el pecado pero era ineficaz en cuanto a solucionar el problema al pecador, de tal manera que condenaba al pecador pero no tenía poder para salvarlo del pecado. Contrario a este ministerio aparece el ministerio del Espíritu que no sólo muestra el pecado sino que tiene el poder para librar del pecado, pues “La Ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado del poder del pecado y de la muerte”

Cuando alguien le diga algo como: usted conoce mucho de la Biblia pero que usted está muerto por el conocimiento de la letra, mire bien que no sea así, porque si él tiene razón, lo más probable es que usted no esté aprobado por Dios, a lo mejor no haya nacido de nuevo por lo que usted estaría bajo condenación, pero si le citan este texto para menospreciar el conocimiento santo de la Escritura, muéstrele el contexto que está en todo el capítulo y ayude al hermano en mención a avanzar en el conocimiento de Dios por medio de la Sola Escritura y abandonar la ignorancia pecaminosa de la Escritura.

Siguiendo el mismo texto en el 3:17 dice: “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” algunos toman este texto como licencia para hacer cualquier tipo de desorden carnal y atribuírselo al Espíritu Santo, o también para justificar expresiones carnales como fruto del Espíritu. Lo que dice este texto es que donde está el Espíritu del Señor hay libertad del velo de la Ley. Este velo está puesto en aquellos que se apegan al Antiguo Pacto y pretenden ajustar su vida a las obras y al legalismo, “Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará” Los que hemos sido hechos libres del velo de la ley podemos ir de gloria en gloria, “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”

La letra de la Ley mata. Conocer la Biblia no. La Escritura es viva y Eficaz y produce energiza nuestro espíritu y da herramientas al Espíritu para actuar por medio de nosotros. Donde está el Espíritu hay libertad del velo de la ley para que andemos bajo el Espíritu.
Tesoro en vasos de barro.

Somos barro, débiles e incompetentes, en medio de esta situación sobresale el poder de Dios por medio de nosotros. Cuando vea algo bueno en un hermano, dé gracias a Dios por su obra por medio de ese hermano, pues si lo que hace es santo es porque el Santo Espíritu lo está energizando, pero si ve algo malo, tenga compasión de ese hermano, porque el pecado está señoreando en él en ese momento y el pecado es un amo cruel, que no abandona a sus víctimas hasta que los ha desangrado por completo, recuerde humildemente que usted también es pecador. Recuerde que la gracia no condena; la gracia levanta. Bajo la gracia nos duele el pecado de otros, por eso estamos listos para restaurarlo, no lo hundimos ni comentamos su pecado con otros. Recuerde que hemos de dar la gloria a Dios, porque “tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”

El sufrimiento de la nueva vida es una realidad, el cristianismo no es un paseo o una aventura por la tierra, es un peregrinaje donde somos extranjeros y peregrinos, sufriendo a causa de estar en un país que no es nuestro: “estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestros cuerpos”

La vida en el mundo es sólo un momento; la muerte está rondando al lado nuestro: “Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados a muerte por causa de Jesús” pero en medio de esta situación no estamos solos, Cristo va con nosotros por medio de su santo Espíritu. Además no estamos llamados a vivir derrotados por el pecado, sino por el contrario el llamado es a vivir la vida de Cristo en nosotros: “para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal” la santidad que podemos expresar es la santidad del hijo de Dios que vive y actúa por medio de nosotros.

El pecado presente en el mundo hace que nuestro cuerpo se vaya desgastando poco a poco hasta morir, no podemos evadir la muerte porque ese es nuestro destino final, pero la exhortación es: “Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas” cada día que pasa es un día más cerca de nuestra meta, un día menos de peregrinaje; un día menos de sufrimientos; un día menos de dolor; un día menos cargando este cuerpo de muerte; un día menos de gemidos; un día menos aquí y un día más cerca de allá. Recordemos la canción que cantaba nuestra hermana Elba antes de ser llevada a la presencia del Señor: un día a la vez...