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lunes, 9 de agosto de 2010

Edición No. 28 de Agosto 8 de 2010.

“Porque no recibisteis espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor; sino que recibisteis el Espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba! (¡Padre!)”
Romanos 8:15

1. EDITORIAL: PROYECCIÓN DIVINA EN LA MADUREZ DEL CREYENTE Por el Pastor de la PIER Ohat Arias Torres.

La Biblia presenta una proyección de cambios en el ser humano en cuanto a su relación con Dios. El hombre puede pasar por la gracia de Dios, de ser Incrédulo o muerto en sus delitos y pecados, a ser Creyente o nacido de nuevo, (Ef. 2:1-10); de Niño en Cristo después del nuevo nacimiento, a ser Maduro en Cristo, por el desarrollo producto del crecimiento en la dependencia del Espíritu Santo y la Palabra de Dios, (1 Pedro 1:1-3); de ser Carnal o controlado por sus impulsos sensuales a ser espiritual o controlado por el Espíritu Santo, (1 Cor. 3:1-3).

Todo creyente debe ir en un proceso de avance en la vida cristiana que evidencie el fruto que produce el Espíritu Santo en la vida de los redimidos por Cristo. Hay llamado y mandato al crecimiento en todas las áreas de la vida cristiana, y exhortación a dejar rudimentos de la doctrina y características infantiles o de niños hasta llegar a la estatura de la plenitud de Cristo, (Ef. 4:12-16). Para eso Dios envió a anunciar a Cristo, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre, Col. 1:28.

Los creyentes en Corinto podían beber más no comer en el contexto espiritual; no estaban en la capacidad de masticar las enseñanzas, había que triturárselas aún hasta hacérselas bebibles para poder pasarlas. En nuestro tiempo no es diferente, hay dentro de la iglesia algunos a los cuales NO se les puede hablar de ciertas cosas espirituales, porque no disciernen espiritualmente; no son capaces de masticar, tragar y menos digerir algunas cosas. Las características de éstos es evidente en su conducta o andar “como hombres”, (1 Cor. 3:2-3)

La Palabra de Dios presenta que hay sabiduría para hablar entre los que han alcanzado madurez, (1 Cor. 2:6); hay viandas para los espirituales, (1 Cor. 3:1-2); hay alimento sólido para los que han alcanzado madurez, los que han ejercitado sus facultades perceptivas, (Heb. 5:14) y que hay leche para los niños, (1 Cor. 3:1-2). Ahora lo que se espera y presenta las Escrituras es que los niños crezcan en Cristo.

Las Escrituras muchas veces son difíciles de explicar por la poca disposición de los oyentes a la obediencia de lo que se les explica. Por eso mismo hay muchos que debiendo ser maestros después de tanto tiempo en el evangelio, ellos mismos tienen necesidad de que se les VUELVA a enseñar las doctrinas rudimentarias del abc de las Escrituras, (Hebreos 5:11-12); y llegan a ser como niños que necesitan alimento líquido junto con todos los procesos que usan las nodrizas para que éstos pasen los alimentos, como es el ser mimados, entretenidos, emboscados, etc., para poder ingerir los alimentos; esto identifica la inexperiencia de estos hermanos con las Sagradas Escrituras, (Hebreos 5:13).

La idea es que el creyente sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra, y esto está relacionado con la apropiación del carácter y utilidad de la Palabra de Dios, (2 Tim. 3:15-17).

¿En qué lugar o nivel te considera?... evalúalo por las Sagradas Escrituras.

2. LA CENA DEL SEÑOR (CONCLUSIONES)

Anteriormente celebrábamos la Cena del Señor con un pedacito de pan y una copita de vino, ¡No sé de dónde salió esto! pero lo hacíamos sin protestar porque esa era “la forma como lo enseñaron los misioneros” ahora ya un poquito más maduros de entendimiento hemos llegado a la conclusión de que podemos comer y disfrutar de la comunión por medio de la comida, de hecho comer y beber juntos es una muestra de unidad y comunión.

En algunas congregaciones de la AIENC celebramos la Cena con una comida que llamamos “ágape” para recordar el nombre que en la iglesia primitiva se daba a estas reuniones de comida entre hermanos. En estos ágapes cada hermano lleva comida “suficiente” para comer él y su familia pero cuidando de que quede para otros; pero, ¿Y si un hermano no tiene qué llevar? en el momento de informar sobre la Cena del Señor se deja claro que la Cena es “para todos” los que tengan y los que no, de esta manera se intenta impedir incurrir en los mismos pecados de Corinto.

CONCLUSIONES:

1. El símbolo es el pan y el vino, no toda la comida que está presente en la comida fraternal. La cena es una comida que incluye varias cosas, pero el pan y el vino y sólo estos, son los dos elementos de la Cena del Señor, el resto de comida convoca a la comunión y a la sana convivencia entre los hermanos. Los amigos comen juntos. Si nos reunimos para comer la Cena del Señor, el amor y la unidad deben primar.

2. No hay mandato en cuanto a la frecuencia de realizarla pero sí hasta cuándo, es decir “hasta que él venga”

3. Los dos peligros que se mencionan son: el comer su propia comida, lo cual atenta contra la comunión, y el adelantarse a comer egoístamente lo que cada uno ha traído, atenta contra el amor.

4. La Cena del Señor no es la Pascua del A.P. Pascua es Judaísmo; Cena es Cristianismo.

5. La Cena del Señor entre nosotros en AIENC ES un ágape entre hermanos. “(20) Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. (21) Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga. (22) Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis?” Se destaca lo siguiente: (a). En estos ágapes cada hermano lleva “su propia cena” pero implícitamente se deja planteada la necesidad de llevar más de lo que se va a consumir. (b). La comida que se lleva es la misma que se consume en casa. “Pues qué, ¿no tenéis casas en que comáis y bebáis?” cada uno tiene casa para comer y beber pero en la Cena del Señor “su propia comida” se transforma en “la comida de todos” y obviamente de esto se desprende una pedagogía práctica de lo que se conoce conceptualmente: comunión es compartir, compartir es comunión.

La cena del Señor es una ordenanza para cualquier grupo de creyentes en cualquier época y lugar, no es una práctica que tenemos como herencia del Judaísmo ni de la Iglesia Católico Romana, como tampoco como es una tradición evangélico protestante.

La Cena convoca a la comunión que es expresión inherente del Cuerpo de Cristo. Cualquier discusión sobre las formas, más debe quedar rezagada frente a la comunión verdadera.

3. EL RINCON DE LOS NIÑOS: PAPA CORRIGE POR AMOR

¿A quién le gusta ser corregido? A nadie ¿Cierto? A veces los padres tienen que corregirnos y de veras no es fácil para ellos tampoco, pero TIENEN QUE HACERLO.

Cuando un árbol se tuerce, hay que ponerle una estaca más fuerte que el árbol y amararlo a ella para que se enderece; cuando un hueso e disloca hay que ponerle yeso e imprimir cierta fuerza para hacer que el hueso se enderece; cuando se está esculpiendo una figura y tiene alguna protuberancia que la afea, se le pasa un esmeril, lija o cuchillo para enderezarla: Todo esto es corregir.

La corrección no es algo fácil, sobre todo si implica dolor físico. El dolor acompaña cada proceso de corrección no importa el tipo que sea, la corrección cambia de intensidad pero siempre es dolorosa.

La intensidad con la que se corrige depende de la docilidad del carácter a mayor dureza de carácter mayor intensidad en la corrección.

Corregir es volver a poner las cosas en su debido lugar u orden. Corregir es hacer que las cosas o las personas vuelvan a ser buenas. Por esto cada vez que se corrige se hace algo bueno. Cuando se hace algo malo sobre algo, esto es destrucción, por eso la corrección se opone a la destrucción.

Si la corrección es algo bueno, entonces lo que se intenta corregir es malo. Si no hay nada malo, entonces no hay lugar para la corrección. Corregir es ponerse de parte del Bien para afectar o impedir el Mal o algo malo.

Cuando no se corrige o no se castiga al que ha hecho algo malo se está impulsando al mal. No corregir lo malo es impulsarlo, cuando no se castiga lo malo, entonces se lo está impulsando.

Cuando se hace algo malo hay que corregirlo. El castigo es bueno porque corrige lo malo. El castigo no es una venganza, sino que es una demostración de amor a quien corrige. Si se ama al hijo se le corrige, pues no hacerlo sería impulsar al hijo a la destrucción.

La corrección nos duele y el dolor actúa como un medicamento preventivo de futuros comportamientos malos. El castigo debe ser entendido como una demostración de amor, no de venganza, pues si no lo entendemos como una forma dura del amor hacia nosotros, tendríamos que admitir que no corregir es lo bueno, pero, debido a que siempre se corrige lo malo, y teniendo en cuenta que el amor es algo bueno, entonces, amor que no corrige no es amor.

Papá corrige porque nos ama. Debemos admitir el castigo como demostración de amor, nunca de venganza.

4. EL PECADO SOCIAL

Algunos antropólogos y sicólogos, están impulsando la idea de un “Pecado social” afirmando que los hombres no son responsables por los hechos pecaminosos. Ellos atribuyen el pecado a condiciones sociales o ambientales, siguiendo el pensamiento del humanista francés Juan Jacobo Roseau que dijo que “el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe” estos estudiosos del comportamiento caído del hombre, intentan aliviar a los pecadores de su responsabilidad frente a sus pecados.

Esto es un disparate bastante arcaico: Adán culpó a Eva por su pecado, y sutilmente puso la culpa en Dios mismo, quien le había dado a Eva. Pero la racionalización de Adán no alteró los hechos. El había pecado responsablemente, es decir bajo su propia responsabilidad. El había ido desde la inclinación hacia Dios, (que Dios mismo había elegido para él) hasta la inclinación para satisfacer su propio deseo, que desde luego, llegó a ser un deseo perverso o pervertido.

Los pecadores no son pecadores cuando comenten algún pecado, son pecadores desde el vientre de sus madres y su naturaleza pecaminosa es lo que los lleva compulsivamente a cometer acciones que están por fuera de la voluntad del Creador todo el tiempo y en toda forma. Si se tomara a un niño y se lo criara al estilo de la historieta de Tarzán, este individuo experimentaría la pecaminosidad de la misma manera como lo hace cualquier criatura que viva en cualquier cosmopolita ciudad de nuestro planeta.

La sociedad es la suma de los individuos y lo que se denomina pecado social no es más que la suma de los pecados de sus individuos, lo cual llega a ser una sociedad pecaminosa, léase, una sociedad enemiga de Dios.

No existe tal pecado social que excuse al individuo de su pecado personal. Cada individuo humano es dos veces culpable: primero por herencia al nacer pecadores y segundo por su propia decisión pecaminosa que sigue los designios de su propio corazón pecaminoso.

Puesto que nadie actúa contra su propia voluntad y cada decisión viene del corazón que es corrompido, pecaminoso y enemigo de Dios, cada decisión es pecaminosa y por lo tanto meritoria del juicio santo de Dios.

5. ABBA, PADRE

´Ab bá´ es la palabra aramea que significa “oh, padre”, “papi” o “papito”. Esta era una de las primeras palabras que aprendía el niño judío para referirse a su padre. Esta palabra involucra intimidad, dignidad y respeto, pero al mismo tiempo era la forma cariñosa de expresarse hacia su progenitor.

Cuando decimos Abba, estamos usando una de las frases que utilizaron cuando oraban “los nazarenos”, como les decían a nuestros primeros hermanos de peregrinaje, en la época post apostólica. De Ahí las dos menciones que de esta palabra hace el Apóstol Pablo. En total, la Escritura menciona tres veces esta palabra, así:

a). Marcos 14:36 registra la oración de nuestro Señor momentos antes de ser entregado en manos del Mal para morir, cuando dice “Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú” Este es el momento más dramático en la vida del Hijo Eterno, todo el programa preestablecido y aprobado en la eternidad por El Elohim, llegaba a un clímax y a una intensidad cósmica impresionante: Dios tendría que morir. Jesús de Nazaret, obediente, sumiso y humillado, mientras, al mismo tiempo, El Todopoderoso, Ilimitado y Omnisapiente Hijo Eterno, se mezclan milagrosamente en una sola entidad personal para elevar la oración más sublime que jamás se haya hecho en toda la eternidad: “Si es posible”… “Tú que TODO puedes”…“pero no yo, sino Tú”

Abba, Padre, Dios Eterno, ¡Papito mío! Tú que eres El Mayor, El Elevado, El Majestuoso, ¡Tú! Soberano Señor de todo, “Si existe una posibilidad, si hay alguna salida para este suceso, desconocida para los demás pero no para Tí, ¿Será posible que…? pero, ¡Por favor!, Tú eres el que gobierna, el que manda y decide, yo sólo estoy suplicante y humillado pensando en que tal vez…

Es más fácil pensar que alguno de nosotros haga una oración como esta, pero no el Hijo Eterno, si embargo, y a pesar de lo incómodo que nos resulta ¡Lo hizo! Jesucristo dijo Abba Padre, si es posible… en su momento crucial, en su momento de mayor dolor e incomodidad, y expresémoslo: ¡de mayor confusión! Por si esto suena extraño, más extraña es la respuesta: ¡No!

Padre, esa frase deliciosa al ser oída en uno de nuestros hijos, dice ¡No! Pero no es indiferente, ni lejano. Este extraño Dios incomprensible y absoluto, envió un ángel para consolar a Su Hijo, en su segundo momento de mayor soledad. Sólo una relación estrecha y calurosa con nuestro padre, puede permitirnos asumir con la entereza de Cristo, los momentos en los que en lugar de una respuesta positiva que nos alivie, recibimos consuelo y el valor para enfrentar lo indeseable, lo doloroso, ¡lo ineludible!

b), Romanos 8:15: “Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” y
c). Gálatas 4:6: “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”
Nuestra oración es la conversación íntima, calurosa y tierna con nuestro amado padre que fue capaz de matar a su Eterno Hijo por nosotros, como la mayor demostración de amor hacia míseros seres enemigos de Él. Por esto es que podemos confiar en Él: pues “¿Cómo no nos dará también con Él todas las cosas?” A pesar de que no nos dé todo lo que pedimos, podemos estar seguros de Su amor y Su tierna paternidad para con nosotros. Por parte nuestra, debemos decir: “no se haga nuestra voluntad, sino la tuya” ¡Abba, Padre!

6. LEER LA BIBLIA EN EL CULTO ES PRIORITARIO

Los padres de la Iglesia nos dicen que en los albores de la Iglesia se reunían “el primer día de la semana” en las casas escogidas por los hermanos para celebrar la resurrección de Cristo.

Hoy a veinte siglos de distancia nos parece que la “forma correcta” de hacer las cosas, es la manera como lo hacemos en nuestras congregaciones, y es lógico que así pensemos, pero en esta apreciación dejamos de lado algunos elementos sustanciales que han tomado otra forma, o lo que en algunos casos es peor, se han convertido en otra cosa.

Por ejemplo, muchos niños espirituales pueden llegar a creer que con ir cada domingo a culto es “suficiente” pero, ¿Suficiente para qué? es como si dijéramos con llegar a la casa una vez por semana es suficiente, ¿Suficiente para qué? La mentalidad que tenemos es que ir a los cultos es como un acuerdo que estamos obligados a cumplir, es como cuando se va a una reunión para firmar la lista de asistencia, porque de ello deviene algún beneficio o se evita algún inconveniente, pero de hecho, no hay interés en la reunión, y normalmente cuando se llega al final se aleja lo más pronto posible, o se va antes de terminar o en el peor caso, firma y se va. ¿Cuántos creyentes están recogiendo su biblia casi antes de terminar y se esfuman tan pronto como se termina el culto?

Echemos una mirada a los cultos de antaño. Primero, eran una celebración: Se celebraba la bendición de ser hijos de Dios, de tener el privilegio de ser sufrir por causa de Cristo y especialmente, de que Cristo hubiera resucitado. Segundo: Se leía la Escritura. Como no se tenían Biblias como las nuestras, el director tomaba el rollo y leía los escritos apostólicos especialmente. Tercero: Los hermanos hablaban sobre su experiencia y sufrimientos por causa de Cristo que habían tenido que soportar durante la semana. Cuarto: Se cantaba algún salmo, o alguna porción de la Biblia que le habían colocado música. Todo esto en un ambiente de fiesta donde el principal motivo de celebrar era la palabra ¡Ma- ran- ata! ¿Sabe que quiere decir? “Cristo viene pronto”.

Estamos comprometidos con leer y leer la Biblia en el culto ¿Por qué? porque la mayoría no la lee durante la semana al igual que en la antigüedad. Ellos porque no la tenían y nosotros ¡Por pura indiferencia y menosprecio de la bendita Palabra de Dios!

7. EL MÁRTIR DE LAS CATACUMBAS (PARTE 1)

Voz Cristiana presenta un extracto del célebre libro anónimo “El mártir de las Catatumbas” como otro ejemplo más de lo que vale seguir a Cristo y de la manera como ha sido regada con sangre cristiana la malvada historia del mundo enemigo de Dios y de nosotros. (Tomado del libro “El Mártir de las Catatumbas, bajado de internet)

…Entró al escenario un anciano, de figura inclinada y cabello blanco plateado. Era de edad muy avanzada. Su aparición fue recibida con gritos de burla e irrisión, él elevó su cabeza al mismo tiempo que pronunció unas pocas palabras. -¿Quién es él? -preguntó Marcelo. -Ese es Alejandro, un maestro de la abominable secta de los cristianos, Es tan obstinado que se niega a retractarse... -Silencio. Escucha lo que está hablando. -Romanos, -dijo el anciano-, yo soy cristiano. Mi Señor murió por mí, y yo gozoso ofrezco mi vida por Él. Un ronco estallido de gritos e imprecaciones salvajes ahogaron su voz. Y antes que aquello hubiera concluido, tres panteras aparecieron saltando hacia él. El anciano cruzó los brazos, y elevando sus miradas al cielo, se le veía mover los labios como musitando sus oraciones. Las salvajes fieras cayeron sobre él mientras oraba de pie, y en cuestión de segundos lo habían destrozado…

…Era una escena espantosa. En medio de la misma fue arrojada una banda de indefensos prisioneros, empujados con rudeza. Se trataba principalmente de muchachas, que de este modo eran ofrecidas a la apasionada turba romana sedienta de sangre. Escenas como ésta habrían conmovido el corazón de cualquiera en quien las últimas trazas de sentimientos humanos no hubiesen sido anuladas. Pero la compasión no tenía lugar en Roma. Encogidas temerosas las infelices criaturas, mostraban la humana debilidad natural al enfrentarse con muerte tan terrible; pero de un momento a otro, algo como una chispa misteriosa de fe las poseía y las hacía superar todo temor. Al darse cuenta las fieras de la presencia de sus presas, empezaron a acercarse. Estas muchachas juntando las manos, pusieron los ojos en los cielos, y elevaron un canto solemne e imponente, que se elevó con claridad y bellísima dulzura hacia las mansiones celestiales: “Al que nos amó, Al que nos ha lavado de nuestros pecados En su propia sangre; A1 que nos ha hecho reyes y sacerdotes, Para nuestro Dios y Padre; A El sea gloria y dominio Por los siglos de los siglos. ¡Aleluya! ¡Amén!”…

…-¿Las catacumbas? preguntó Marcelo a su amigo Lúculo. Es un distrito subterráneo que hay debajo de la ciudad, y cuyos límites nadie conoce. Los cristianos huyen a las catacumbas cada vez que se hallan en peligro; también están ya habituados a enterrar a sus muertos allí. Una vez que logran penetrar allí, se pueden considerar fuera del alcance de los poderes del estado. -Quién hizo las catacumbas? -Nadie sabe con exactitud. El hecho es que han existido allí por muchos siglos. -A la primera señal de alarma todos los cristianos desaparecen por los conductos laterales que se abren por todas partes. Eso decía Lúculo al mismo tiempo que se marchaba. Marcelo hundió su rostro entre las manos, y se sumió en profundos pensamientos. Empero, en medio de su meditación le perseguía, como envolviéndole, la otra cada vez más penetrante de aquella gloriosa melodía que evidenciaba el triunfo sobre la muerte en labios de los condenados a muerte por el simple crimen de ser cristianos: “Al que nos amó. Al que nos ha lavado de nuestros pecados” Ellos, parecen no solamente haber conquistado el temor a la muerte, sino que han aprendido a morir gozosos. ¿Qué poder secreto tienen ellos que llega a inspirar aun a los más jóvenes y a los más débiles de ellos? Cuál es el significado oculto de sus cantos? Mi religión puede solamente tener esperanza que tal vez no seré infeliz; empero, la de ellos les lleva a morir con cantos de triunfo, de regocijo…

…El muchacho le replicó a Marcelo: -Debo negarme. Mis amigos, mis parientes se hallan allá abajo. Antes que conducirle a usted lléveme a la prisión. El niño dio media vuelta. -Yo jamás les traicionaré, ya le he dicho. Antes moriré. Haga conmigo lo que quiera usted -Si yo tuviera malas intenciones, ¿crees te que bajaría sin hacerme acompañar por soldados? -dijo Marcelo. -Pero ¿qué puede querer un soldado, o un pretoriano, con los perseguidos cristianos, sino destruirlos? -Muchacho, yo no tengo malas intenciones. Si tú me guías abajo te juro que no haré nada contra tus amigos. Cuando yo esté abajo, yo seré un prisionero, y ellos pueden hacer conmigo lo que quieran. -¿Me jura usted. que no los traicionará? -Yo juro por la vida de César, y por los dioses inmortales, -dijo Marcelo solemnemente. -Vamos, entonces -dijo el niño-…

…Marcelo pensaba. "Que gente más maravillosa son estos cristianos, que aun en medio de escenarios como éste abrigan su sublime desdén a la muerte." -¡Alto! -exclamó Polio, al mismo tiempo que tenía a su compañero y apagaba la luz de la antorcha que les había guiado hasta aquí. Marcelo obedeció, y miró con profunda avidez al espectáculo que se le ofrecía a la vista. Estaban en una cámara abovedada como de unos cinco metros de alto y diez en cuadro. Y en tan reducido espacio se albergaban como cien personas, hombres, mujeres y niños. El lugar se hallaba iluminado con el reflejo de algunas antorchas que arrojaban su mortecina luz rojiza sobre la asamblea toda. A los presentes se les veía cargados de inquietud y demacrados. ¡Ah, pero la expresión que se veía en ellos no era en lo absoluto de tristeza, ni de miseria ni de desesperación! ¡Más bien una atractiva esperanza iluminaba sus ojos, y en sus rostros se dibujaba un gozo victorioso y triunfal. ¡El alma de este observador fue conmovida hasta lo más íntimo, porque no era sino la confirmación anhelada inconscientemente de todo cuanto había admirado en los cristianos: su heroísmo, su esperanza, su paz, que se fundaban necesariamente en algo, escondido, oculto, lejano para él! Y mientras permanecía estático y silencioso, escuchó el canto entonado con el alma por esta congregación: “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios todopoderoso. Justos y verdaderos son tus caminos, Tú, oh Rey de los santos. ¿Quién no Te temerá, oh Dios, y ha de glorificar Tu sagrado Nombre? Porque Tú solo eres santo. Porque todas las naciones han de venir y adorar delante De Ti, Porque tus juicios se han manifestado”…

…El dirigente leyó algo en un rollo que hasta el momento era desconocido Marcelo. Era la aseveración más sublime de la inmortalidad del alma, y de la vida después de la muerte. La congregación toda parecía pendiente del majestuoso poder de estas palabras, que parecían transmitir hálitos de vida. Finalmente el lector llegó a prorrumpir en una exclamación de gozo, que arrancó clamores de gratitud y la más entusiasmada esperanza de parte de toda la congregación. Las palabras penetraron al corazón del observador recién llegado, aunque él todavía no comprendía la plenitud de su significado: "¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde, oh sepulcro, tu victoria? ya que el aguijón de la muerte es el pecado, y la potencia del pecado, la ley. Mas a Dios gracias, que nos da la victoria por el Señor nuestro Jesucristo."…

…El que dirigía levantó la cabeza reverente, extendió los brazos y habló fervientemente con Dios. Se dirigía al Dios invisible como viéndolo, expresaba su confesión e indignidad, y expresaba las gracias por el limpiamiento de los pecados, merced a la sangre expiatoria de Jesucristo. - ¡Ay de mí! exclamó Honorio, juntando las manos al mismo tiempo que caía sentado sobre su asiento. Los otros miraron a Marcelo apesadumbrados, y la mujer, Cecilia, clamó agonizante de dolor. -¡oh, Polio querido! ¡Cómo nos has traicionado!...

…-Yo efectivamente he sido comisionado para conducir los soldados contra vosotros para destruiros. Pero primeramente quiero saber más respecto a vosotros. Yo juro por el Ser supremo
que esta mi visita no os ha de ocasionar ningún daño. Decidme, pues, el secreto de los cristianos.
Honorio contestó, -Tus palabras son ciertas y sinceras. Ahora ya sé que tú no eres espía o enemigo, sino más bien una alma inquisitiva que ha sido enviada aquí por el mismo Espíritu Santo para que conozcas aquello que hace tiempo has estado buscando. Regocíjate, pues, porque todo aquel que viene a Cristo de ninguna manera será desechado. -Has visto hombres y mujeres que han dejado amigos, hogar, honores, y riquezas para vivir aquí en necesidad, temor, dolor; y todo lo han tenido por pérdida por causa de Jesucristo. -Tienes toda la razón, Marcelo, al pensar que hay un gran poder que puede hacer todo esto. Es el conocimiento de la verdad y el amor al Dios viviente. -Lo que tú has buscado por toda tu vida es para nosotros nuestra más cara posesión…

… Honorio musitó unas palabras de oración de gratitud a Dios. A continuación extrajo un manuscrito que desdobló con tierno cuidado. Y siguió diciendo, -Aquí, amado joven; tienes la palabra de vida que nos vino de Dios, que es la que trae tal gozo y paz al hombre. Aquí hallamos todo lo que desea el alma. En estas palabras divinas aprendemos lo que no podemos hallar en ninguna otra parte. Y aunque la mente acaricie estas verdades por toda una vida, con todo nunca llegará a dominar la máxima extensión de las verdades gloriosas. Cuando Honorio llegó a la culminación de la dolorosa historia del Calvario, y al punto cuando Jesús clamó, "Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has desamparado?" seguida del grito de triunfo "¡Consumado es!", se pudo oír un profundo suspiro de Marcelo. Y mirando a través de las lágrimas que humedecieron sus propios ojos, Honorio vio la forma de aquel hombre fuerte inclinada y temblando de emoción. Honorio elevó sus ojos al cielo y oró. Los dos habían quedado solos, porque sus compañeros se habían retirado. La tenue luz de una lámpara que estaba en una hornacina detrás de Honorio, iluminaba débil-mente la escena. Y así ambos permanecieron en silencio por un largo tiempo. Finalmente Marcelo levantó la cabeza. -Yo siento -dijo él-, que yo también tuve culpa y causé la muerte del Santo…

…Al pasar al lado de sus tumbas leía cuidadosamente las inscripciones en ellas, y en todas ellas descubría la misma fe inconmovible y la sublime esperanza. Se deleitaba leyéndolas, y el devoto interés que Honorio prestaba a estas piadosas memorias lo convertía en el más simpático de los guías. -Allí dijo Honorio- reposa un testigo de la verdad. Marcelo miró hacia donde le señaló y leyó lo siguiente: PRIMICIO, EN PAZ, DESPUES DE MUCHOS TORMENTOS, EL MAS VALIENTE DE LOS MARTIRES. EL VIVIÓ COMO TREINTA Y OCHO ANOS. ESTE ES UN RECUERDO DE SU ESPOSA QUE AMABA AL QUE BIEN LO MERECIA. -Estos hombres -dijo Honorio, nos enseñan como deben morir los cristianos. Más allá hay otro, que también sufrió lo mismo que Primicio. PABLO FUE MUERTO SUFRIENDO TORTURAS, A FIN DE QUE GOZARA DE LAS ETERNAS BIENAVENTURANZAS. -Y allá dijo Honorio, está la tumba de una noble dama, quien mostró una fortaleza tal que solamente Jesucristo puede conceder aun al más débil de sus seguidores en la hora de la necesidad: CLEMENCIA, TORTURADA, REPOSA, ELLA RESUCITARA…

8. PILAS PRIMO

El dolor viene muchas veces como consecuencia de hacer algo malo y esta es la peor forma de sufrir. Hacer lo bueno también causa dolor pero este dolor es aprobado por Dios. Dios nos capacita para soportar cuando el dolor viene por hacer bien.

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Esperamos que haya sido de bendición para usted
Para la gloria para nuestro Amado Señor Jesús.

Dentro de algunos días estaremos publicando una nueva edición.

Bendecido, Nuestro deseo es que disfrutes de la Gracia,
la Misericordia y la Paz de nuestro Amado Señor Jesús.